AddThis

Chino vota Sioli

Bajé del subte en Plaza Once y pensé: "Guau, acá voy a encontrar de todo." Y es que hay un montón de cosas: desde gran variedad de ropa hasta carteles luminosos, desde minions y bobs esponja hasta disfraces de Chubaca. Pero como no tenía tiempo de distraerme, empecé a preguntar por lo que había ido a a buscar: títeres.

"¿Títeres? No, no tenemos", me decían los latinoamericanos. 

"¿Tritres? No tritres", me respondían los chinos. 

Hacía mucho que no veía tantos chinos. Por lo menos la mitad de los negocios que venden peluches son de chinos y casi ninguno tenía tritres. O tenían unos de animales pensados para nenes, medio incómodos para la mano de un adulto y que además cuando apretás la boca hacen un ruido muy obvio. "Cuac", el pato. "Muuu", la vaca. "Grrr", el león. ¡Qué títeres más pelotudos! ¿Quién quiere un títere que haga un solo ruido? La gracia de los títeres es hacerlos hablar e inventar historias. 

Mientras seguía buscando, me encontré con una concentración de chinos en plena vereda que me llamó la atención. Estaban en torno de un puesto movil del Ministerio del Interior, gestionando sus documentos de identidad. Y claro, el ministro Randazzo debe pensar que dándoles documentos, medio que se gana el voto chino y suma varios puntos para vencer a sus rivales en la carrera hacia la presidencia.

Me acerco a uno y le pregunto. Me dice que no, que no va a votar a Randazzo. Que la gran mayoría de los chinos tienen decidido votar a alguno de los candidatos presidenciales de su comunidad. 

-¡¿Cómo?!  ¡¿Cuáles son esos candidatos?!

-Ma Cri y Sio Li.

¡Qué sorpresa! Pero pensándolo mejor, si yo fuera chino haría lo mismo. ¿Qué voy a andar votando a un candidato con apellido italiano? Y estoy seguro que el neobailarin Mauricio Macri y el indescifrable Daniel Scioli lo saben. Por eso no les calienta ni un poco que Randazzo reparta documentos. ¡Al contrario! Lo dejan que haga el trabajo sucio para luego cosechar los votos chinos. La pregunta es, ¿la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, líder supremo del kirchnerismo, lo sabrá también? 

No quiero mencionar la palabra complot (bueno, ya lo hice) pero en el último año se concretaron sendos tratados comerciales con China, aparentemente muy beneficiosos para Argentina. Ahora bien, ¿no será que estos acuerdos forman parte de un plan secreto mucho más ambicioso? ¿No será que, con apenas doscientos años de existencia, nuestro país no vio venir el avance de una nación milenaria? ¿No será que los chinos de los supermercados no son meros inmigrantes sino colonos? ¿No será que cuando escuchamos que alguno de ellos es asesinado, no se trata de un ajuste de cuentas mafioso como encubren desde los noticieros, sino de la eliminación de un rebelde? ¿No será que China busca que el próximo presidente argentino responda a Beijing y no al movimiento nacional y popular, ni siquiera a las corporaciones apátridas? 

Entiendo que esta información es difícil de procesar para un argentino, pero hay un elemento irrefutable. Tanto Ma Cri como Sio Li responden a un agente chino de mayor rango, que hasta ahora se hacía pasar muy bien por argentino: Tine Li. Desde sus programas de televisión, Tine Li fue ganando popularidad, dinero e influencias hasta encontrar la oportunidad de dar el golpe definitivo: hegemonizar el fútbol, y así el ánimo de los argentinos. Tanto Ma Cri como Sio Li saben que Tine Li es mucho más poderoso que ellos y compiten por ganar su favor. Según es tradición, el ganador es quien soporta más humillaciones y ridículo. 

El italo americano Randazzo está confiado porque en el último tiempo pegó  flamantes trenes, provenientes de la futura madre patria. Piensa que esa es otra de sus cartas ganadoras pero, ¿y si también forman parte del plan? O mejor dicho, ¿cómo pueden no ser parte del plan? ¿Acaso estarán programados para autodestruirse pocos meses antes de las elecciones primarias? 

Dará lo mismo que Sio Li o Ma Cri ganen los comicios. Cualquiera de los dos será un mero zoquete a través del cual el Partido Comunista gobernará Argenchina, bastión para la siguiente fase de su plan ajedresístico por dominar el mundo de forma silenciosa. 

En cualquier caso, si vas a Once no pidas títeres, pedí tritres y va a estar todo bien.


1 comentario:

  1. Sí! tal cual!! vienen a colonizarnos!! por eso son una comunidad tan cerrada, no se los ve ni en bares ni en teatros, ni en el cine. Para que no les tiemble el pulso cuando vayan a doblegarnos!

    ResponderBorrar